sábado, 16 de febrero de 2013

Trabajo en equipo

La maravilla de este blog, es que parte de las cosas que escribo acá son patrocinadas por la locomotora petrolera, ellos no saben, pero el patrocinio es bueno. En esta ocasión, la locomotora contribuyo generosamente en que yo puede contarles de un nuevo abono orgánico empleado en grandes plantaciones de plátano (del que ustedes compran allá en la capital para hacer los tan amados patacones), plantaciones forestales, de eucalipto y caucho, principalmente, y algunos otros cultivos de menor tamaño, como yuca y maíz.

Aunque pareciera un tema poco interesante, tiene varios ingredientes dignos de ser comentados acá. Uno de ellos , y tal vez el principal, es el esfuerzo de todas las instituciones del estado para lograr este desarrollo agrícola que tanta falta le hacia al país rural. Pues sí, en este experimento participaron fuerzas militares, policía  administraciones locales, periodistas,  gobiernos regionales, organismos de control, gobierno nacional y muchos filántropos que quieren "refundar el campo".

Otro de los puntos que vale la pena mencionar, es que se tuvo en cuenta una de la regiones olvidadas de la nación, la Orinoquia como sitio de investigación que permitiera la implementación de estas nuevas técnicas en le resto del territorio nacional, pareciera ser la idea de los sectores involucrados en este plan. Y lograron llevar esta idea a muchos territorios.

Podría quedarme enumerando los elementos destacables, pero eso alargaría la historia y no podría contarles de que se trata este avance agrícola, así que mejor vamos a lo que vinimos:

Muchas y muchas fosas comunes fueron sembradas en las veredas de esta parte del país y ahora hay grandes plantaciones en estos lugares, plantaciones que extrañamente en su mayoría, pertenecen a nuevos dueños. Al parecer este nuevo abono orgánico-antrópico le confiere muy buenas propiedades a los productos sembrados con esta técnica,  pues como dije antes, son muchos los lugares en los que se observa evidencia de sufrimiento, tortura y asesinato (carros abandonados en medio de la nada, testimonios de personas de la zona, alteraciones notorias en el entorno) que actualmente están protegidas por diferentes tipos de monocultivo. Y no son solo  la fosas comunes, también el despojo y la colonización por parte de grandes terratenientes de terrenos expropiados a la fuerza o lugares abandonados por desplazamiento.


Todavía estamos a tiempo de agradecer y premiar a todas las personas y entidades que participaron de este esfuerzo conjunto, que tan buenos resultados ha dado para la sociedad colombiana. Escuchar lo que tiene que decir el señor Martin Llanos y su combo sería un buen comienzo.