lunes, 9 de marzo de 2015

No Fui A La Marcha Porque...

 Aunque simplemente podría decir que no marche porque no quise, eso haría pensar que no consideré la idea, que no hice un análisis de los pro y los contra de la marcha convocada por Antanas Mockus, así que diré que o asistí a la marcha por la vida porque...

... La marcha pasó de ser una iniciativa de la sociedad civil, a ser una marcha en apoyo al gobierno de Juan Manuel Santos, quien ha demostrado hasta el cansancio su indiferencia por la vida. Que todos los ministros, consejeros, el ministro Fiscal general, hayan convocado oficialmente a esta, le resto puntos en cuanto a movilización social espontánea y la inscribió en una más de esas manifestaciones de apoyo y lambonería política.

... La marcha por la vida, ponía a la vida en un ambiente metafísico, intangible, surreal; desde que se convocó esta marcha, han aparecido noticias que muestran el desprecio por la vida en el país, la represión violenta (ilegal, ilegítima) a los reclamos de los indígenas del norte del Cauca, la muerte de al menos 18 niños en el Chocó, sigue flotando en el aire la muerte por hambre de muchos niños en la Guajira, en el Meta… la constante en todos estos temas es que no ha habido una correcta respuesta gubernamental para garantizar la vida; incluso, en el caso del norte del Cauca, ha sido el gobierno quien ha decidido atacar de frente, contra la vida de los indígenas. Pensaba yo, que los organizadores de la marcha podrían usar esos ejemplos y hacer dentro de la convocatoria una manifestación concreta a favor de la vida de niños e indígenas, pero no, la vida que íbamos a defender en la marcha, era la vida etérea, no la de los ya muertos o de los que quieren matar. Incluso el sábado, vía twitter, le pregunté a la representante Ángela María robledo si habría mención a uno de estos temas dentro de la marcha, la representante, que normalmente responde, esta vez, prefirió no decir nada.

... Los organizadores usaron el eufemismo para convocar esta marcha, notablemente, la marcha era en apoyo al proceso de paz, pero el profe Mockus prefirió decir que era por la vida; una marcha así, pierde fuerza política, por eso se dio esa atomización de mensajes, no hubo un concepto puntual que quisieran defender o promover quienes marchaban, al final, el mensaje pareció ser: “salga y marche, usted ponga el tema que quiera”.

.... La polarización de este país cansa, y cuesta muchas vidas cada año, aunque la intención de quienes convocaron la marcha era justamente unir al país en torno a la paz (a la vida no), lo que lograron fue lo contrario, volver a dividirnos, y a satanizar a quienes no están de acuerdo con una u otra postura. Leí tantas opiniones de quienes decían que los que no marcháramos éramos uribistas (el peor insulto para el 50% del país), o que éramos asesinos, o incultos, o torpes, o indolentes. También, desde el otro polo, hubo gente que dijo que quienes marcharan eran amigos de la guerrilla, terroristas, castrochavistas (el peor insulto para el otro 50% del país). Yo, Juan Manuel Pérez, me cansé de estar en un lado o en el otro, me aburrí de tener que escampar en un lado, para soportar las gotas ácidas que salen del otro; estoy a favor de la vida, nunca he pensado en la pena de muerte como respuesta para nada -algunos de los que marcharon a favor de la vida ayer, hablaron de pena de muerte hace poco-, me gusta y he buscado la paz en muchos escenarios cotidianos, voté por Santos en segunda vuelta, sólo por apoyar la continuidad de este proceso de paz… A pesar de todo esto, no marché, porque entendí que la marcha no iba a tener ninguna utilidad respecto a lo que busca toda marcha, expresar una posición política de la sociedad civil, porque sentí que me iban a utilizar para defender las políticas contra la vida del gobierno Santos, porque sentí que querían engañarme al decirme que marchara por la vida, cuando en verdad querían era apoyar el proceso de la Habana.


Creo en la movilización social como mecanismo de expresión democrática, pero creo que para que su objeto se cumpla, debe hacerse bien, buscar estrategias innovadoras para que el mensaje llegue a quienes no marchan, decir la verdad y no usar eufemismos. En esos casos, cuando esto ocurra, cuenten conmigo para caminar.

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